Pekín, China.- Este viernes medio locales de Pekín han dejado ver que no están contentos con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.

En una dura advertencia, han puntualizado al candidato a secretario de Estado Rex Tillerson que tenga cuidado con sus palabras: sus amenazas a Pekín de bloquear el acceso a las islas artificiales que ha construido este país en el mar del sur de China se arriesgan a desatar una “confrontación devastadora”, así lo da a conocer el portal de El País. 

“La animosidad de Tillerson contra China pinta mal si se materializa”, advierte el periódico China Daily en un editorial después de las declaraciones del expresidente de Exxon Mobile en su audiencia de confirmación en el Senado estadounidense el miércoles. “No merece la pena tomar seriamente esos comentarios porque son una mezcolanza de ingenuidad, miopía, prejuicios sobados y fantasías políticas irreales. Sería un desastre si decide aplicarlos en el mundo real”.

El diario acusa al aspirante a jefe de la diplomacia estadounidense de poca profesionalidad y de ignorancia de los principios más básicos de la relación bilateral entre las dos principales potencias del mundo. Si verdaderamente se propone impedir el acceso a las islas artificiales, “abriría el camino a una confrontación devastadora entre China y EE UU”.

Más beligerante aún es el diario Global Times, que generalmente tiende a posiciones muy nacionalistas en política exterior. Este periódico habla directamente de la posibilidad de una “guerra”.

“Si el equipo diplomático de Trump forja las futuras relaciones chino-estadounidenses como está haciendo ahora, más vale que ambas partes se preparen para un enfrentamiento militar”, sostiene.

En su declaración inicial ante los senadores, Tillerson había comparado la construcción de los siete islotes artificiales chinos en aguas en disputa en el mar del sur de China con “la toma de Crimea por parte de Rusia” en perjuicio de Ucrania.“Vamos a tener que mandar a China una señal clara de que, primero, se ha acabado la construcción de islas y, segundo, tampoco tu acceso a esas islas tampoco se va a permitir”.

Pekín, en una disputa que implica a otros cinco países vecinos, se atribuye la soberanía de cerca del 90% del mar del sur de China, por el que pasa anualmente un tráfico marítimo de 5 billones de euros en bienes y que se sospecha rico en recursos naturales. En los últimos dos años ha acelerado la construcción y equipamiento de siete islotes artificiales, dotados ya de pistas de aterrizaje y, según el think tank estadounidense CSIS, de sistemas de defensa que incluyen lanzaderas de cohetes antimisiles.

La declaración de Tillerson va mucho más allá de lo que había planteado hasta ahora Washington, que no mantiene reclamaciones territoriales en la zona pero sí un gran interés en el flujo sin obstáculos de las rutas comerciales.

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