Liliana Jiménez – Morelia, Michoacán

“No sean cobardes, les pido que regresen a mi padre. Mi padre nos les debe nada. Mi padre es un hombre inocente y lo tienen secuestrado”, exigió el ex autodefensa Antioco Calvillo García a Germán Ramírez Sánchez, alias ‘el Toro’, y a Jorge Rivera Valencia, alias ‘el Borrego’, quienes él asegura privaron de la libertad a su progenitor.

El también profesor aseguró que hace 60 días su padre Isauro Calvillo Alva, de 90 años de edad, fue “levantado” de su domicilio por los delincuentes que el acusa del rapto y de luego exigir a su familia, según consta en su denuncia, cantidades desde 250 mil pesos, camionetas de agencia y otras cosas para liberarlo con vida.

Recordó que el año pasado su hermano Catalino Calvillo fue privado de su libertad de su domicilio, ubicado en la comunidad indígena de Cochola, y fue localizado muerto en el lugar denominado ‘Tierras Blancas’.

Además, aseveró que fueron los mismos delincuentes los que hace un año secuestraron a su hijo y a otro de sus hermanos. Sin embargo, en esa ocasión sí fueron rescatados de una casa de seguridad ubicada en el municipio de Coalcomán, gracias a las labores de la Unidad Especializada en el Combate al Secuestro de la Fiscalía General del Estado (FGE).

El originario de San Pedro Naranjestil y vecino de Cachán, en el municipio de Aquila, aseguró desconocer el porqué de las represalias del grupo de delincuentes a los que acusa contra su familia y la comunidad indígena de Pómaro; sin embargo, tiene un largo historial de enemistad y enfrentamiento con estos.

“Mi familia tuvo que salir de la comunidad, para que no nos sigan matando”, dijo.

Puso en relieve que existe un grave problema en la la Sierra-Costa Náhuatl, en donde la delincuencia organizada se encuentra operando, concentrando sus operaciones en la comunidad de Pómaro, por la existencia de minas en su territorio, razón por la que los criminales pretenden obligar a los integrantes de la comunidad indígena a que les otorguen mediante un documento la seguridad de la localidad.

Calvillo García aseguró que no va parar hasta encontrar a su padre, por lo que exigió a la FGE que “haga su trabajo” y aplique la ley:

“Mi padre es un anciano inocente, que veló por los intereses de la comunidad indígena de Pómaro. Fue uno de los 412 comuneros que la fundaron. Pedimos justicia para rescatar con vida a mi padre de 90 años”.

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