Ciudad de México – El Universal

En México, alrededor de la mitad de la población padece sobrepeso y obesidad, ya que 27.7% de los mexicanos registra sobrepeso y 21.6% obesidad, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut). Ambos padecimientos se consideran factores de alto riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes y enfermedades cardiovasculares, las cuales tienen una gran incidencia en México.

Es por ello que la Organización Mundial de la Salud, recomienda acumular al menos 150 minutos a la semana de actividad física aérobica moderada o bien 75 minutos de actividad física vigorosa cada semana, para mejorar las funciones cardio-respiratorias y musculares, así como reducir el riesgo de las enfermedades no transmisibles.

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Entre los principales beneficios de la actividad física regular se encuentran: la mejora de la circulación, el incremento de la movilidad articular, mayor coordinación, habilidad y capacidad de reacción, fortalecimiento muscular y estabilidad de peso saludable, lo cual contribuye a la prevención o disminución del riesgo de enfermedades graves como hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiovasculares e incluso diferentes tipos de cáncer.

La actividad física contribuye también a mejorar el estado de ánimo de las personas, produciendo una sensación de bienestar y fomentando valores como el trabajo en equipo, la solidaridad, disciplina y sana competencia, persistencia y responsabilidad.

En caso de no realizar una actividad física podrías desencadenar los siguientes síntomas:

Sistema inmunológico débil: enfermarse con mayor frecuencia de lo normal es una de las primeras señales. Y un aliado para evitar esto es el ejercicio regular. De acuerdo a un análisis de la Universidad de Harvard, esta modalidad de entrenamiento favorece a un sistema inmunológico saludable. “Promueve la buena circulación, lo que permite que las células y las sustancias del sistema inmune se muevan a través del cuerpo libremente y hagan su trabajo de manera eficiente”, apuntan desde la institución.

Depresión y falta de ánimo: “El ejercicio aumenta la dopamina, las beta-endorfinas y el Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro (BDNF), mejorando su estado de ánimo, memoria y productividad”, dijo Mentore al sitio Business Insider, sobre cuando la falta de ganas domina al sujeto. A colación, un reciente estudio reveló que tan sólo una hora de ejercicio físico a la semana puede prevenir el desarrollo de la depresión en el futuro, independientemente del tipo y de la intensidad de la actividad.

Respiración forzada: otra de las manifestaciones más comunes es la falta de aliento ante movimientos que normalmente no lo provocaban, o que no demandan un esfuerzo mayúsculo, como subir las escaleras. Esto es una señal de un sistema cardiovascular desacondicionado, explica el experto.

Insomnio: el ejercicio promueve un descanso reparador, ya que ayuda a regular el ritmo circadiano, que a su vez sintoniza y controla los ciclos de sueño. No obstante, los especialistas no recomiendan la práctica en horas próximas al momento de acostarse. La razón es que la actividad física produce la liberación de cortisol -que dificulta conciliar el sueño-, incrementa las pulsaciones y activar el sistema nervioso generando una excitación y un cansancio lógico, que se reflejan más tarde en la relajación.

Estreñimiento: la ejercitación estimula el funcionamiento intestinal, debido a que cuanto más se entrene, menos tiempo tardará la comida en atravesar el intestino grueso, lo que a su vez disminuye la cantidad de agua que el cuerpo absorbe de la materia fecal.

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