Morelia, Michoacán.- Promovido por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), sin título ni cédula profesional que lo acrediten apto para la docencia en el nivel básico, Alejandro Echavarría Zarco, “El Mosh”, aparece en el registro docente del estado desde el año 2011, pero hasta el 2014 obtuvo una plaza estatal para desempeñarse en el municipio de Álvaro Obregón, donde percibía cerca de 8 mil pesos al mes, sin acudir hasta el momento a clases.

Tales periodos alcanzan a los gobiernos de Leonel Godoy, Fausto Vallejo y Salvador Jara, de acuerdo con los antecedentes de los que da cuenta la asociación civil Mexicanos Primero Michoacán.

La detención de El Mosh, el pasado lunes, durante un operativo policial para liberar las oficinas de la Secretaría de Educación Estatal (SEE), abrió más preguntas sobre quién controlaba la asignación de plazas docentes en Michoacán, y sobre la histórica falta de atención de las autoridades estatales para detectar este tipo de casos nada saludables para la educación en Michoacán, consideró Erik Avilés, representante en Michoacán de Mexicanos Primero.

Érik Avilés, presidente de Mexicanos Primero Michoacán.
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Entrevistado, Avilés cuestionó que la detención de quien fuera coordinador del Consejo General de Huelga (CGH) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), deja un sesgo en saber si el Gobierno del Estado, a través de la SEE, vigilaba que las plazas se otorgaran a verdaderos maestros, o si la Coordinadora Nacional de Trabajadores en la Educación (CNTE) tiene gente en esas áreas para promover “a ciertas personas” sin verificar sus antecedentes o preparación académica.

Avilés expuso que desde el año 2009 Mexicanos Primero Michoacán recomendó al Gobierno del Estado que elaborara un padrón preciso de docentes, que fuera fácil de depurar y actualizar, lo que no se hizo, dijo. Dimensionó que no es la primera vez que en las filas magisteriales “se cuela” un perfil poco favorable, y ejemplificó el caso de Servando Gómez Martínez, en 2014.

Señaló que El Mosh, pese a su historial académico dentro de la UNAM, no cuenta con título ni cédula profesional que lo acrediten apto para la docencia en el nivel básico; sin embargo, expuso que de acuerdo con informes recabados por Mexicanos Primero Michoacán, Echavarría Zarco aparece en el registro docente del estado desde el año 2011, pero fue hasta 2014 cuando obtuvo una plaza estatal en el municipio de Álvaro Obregón, cuyas percepciones rondaban los 8 mil pesos al mes, sin que hasta el momento acuda a dar clases.

 

 

Erik Avilés aseveró que El Mosh, oriundo de la Ciudad de México, ahora “docente”, fue promovido por la CNTE debido a sus antecedentes y habilidades de organización de disturbios, para que por medio de un perfil bajo fuera un mercenario al servicio de los intereses “de alguien” dentro de la Sección XVIII, pues El Mosh, a sus 48 años, y ya con familia, quizás estaba financiado con más recursos, aparte de su base estatal, para mover a las filas magisteriales.

El representante de Mexicanos Primero en Michoacán consideró que por los antecedentes ya conocidos es preocupante el hecho de que Alejandro Echavarría haya sido detenido durante la liberación del edificio de la SEE, tras atrincherarse ante el asedio de las fuerzas de seguridad, de la misma manera como mantuvo y comandó la toma en la UNAM que la dejó sin clases durante 10 meses, en el año 2000.

 

Advirtió que si El Mosh ya estaba dentro de las filas de la CNTE, es probable que ya tuviera relaciones con otros organismos, grupos y gremios sociales y sindicales para estrechar lazos “y compartir experiencias”, lo que pudo afectar el “modus operandi” de varios grupos radicales que hay en el estado.

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Erik Avilés invitó al Gobierno del Estado a verificar la situación actual de los maestros contratados en el estado y a implementar mecanismos eficientes para detectar potenciales perfiles sospechosos o que no sean aptos para la docencia, para evitar la incursión de “aviadores” o a quienes se aprovechan de los impuestos que paga la sociedad, pues durante casi siete años, dijo, El Mosh fue pagado de la nómina magisterial de Michoacán.

Subrayó que la educación en Michoacán fue desplazado a segundo plano, a los intereses de la CNTE; el Gobierno del Estado, insistió, necesita investigar quiénes mueven a los maestros al odio, la división y disturbios para satisfacer sus propios intereses, mientras los estudiantes son los más afectados con la baja calidad académica que imparten los maestros que no cumplen el perfil de docentes, como es el caso de El Mosh.

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