Los especialistas lo llaman el cártel del sexenio. Y su historia es la misma que ya se repite en los cárteles de México: violencia, corrupción, muerte. Pero el CJNG, el temido Jalisco Nueva Generación, tiene otras características que explican su poder: la preparación de sus líderes, su discreción, y una estructura cuyos brazos aparecen en lugares tan exóticos como Hong Kong, Uruguay, Marruecos, el Palacio de La Moneda en Chile y Las Ramblas de Barcelona. Un cóctel en el que también aparecen nombres marcados a fuego en la reciente historia criminal mexicana: Zhen Li Yegon, Nacho  Coronel, Amado Carrillo Fuentes, Joaquín “El Chapo” Guzmán. Pero también otros mucho menos conocidos, cuya labor explica gran parte de su poder: Abigaíl González Valencia, Gerardo González Valencia, Los Cuinis. Una historia que nació en Jalisco y se expandió al mundo. Un relato de película en el que hoy, incluso, aparece manchado el nombre Rafael Márquez, el histórico y legendario capitán del Tri. Estos son los entresijos de esa historia, la del Cártel Jalisco Nueva Generación. 

Morelia, Michoacán.- El dinero es tal que les alcanza para mantener una guerra en cuatro frentes al mismo tiempo, corromper políticos y funcionarios, surtir de drogas a Europa y Asia y sostener ambiciosos proyectos de infraestructura en varios países. También para manchar al máximo ídolo deportivo de la historia reciente de México.

Su ascenso fue rápido. En cinco años reemplazó por completo a los temidos Caballeros Templarios al sur de Michoacán. Mantuvo una guerra con los feroces Zetas, y los venció. Entró en el mercado de las drogas sintéticas y logró desplazar a los grupos más grandes, incluida la propia la Federación de Sinaloa. Hoy sus enemigos declarados son la Policía Federal y las corporaciones estatales, y su objetivo declarado “limpiar” las zonas en donde antes operaban Los Zetas. El gobierno estadounidense los considera el grupo criminal más rico del mundo, y numerosos expertos mexicanos aseguran que se convertirá en el segundo cartel más importante del territorio nacional.

Se trata del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el principal desafío de la seguridad nacional en el México de hoy.

El cártel del sexenio.

La Génesis 

El Cartel Jalisco Nueva Generación, hoy calificado por los especialistas como el más poderoso de los últimos años y el más fuerte en lo que va en el gobierno de Enrique Peña Nieto, tenía una historia antigua. Pero la fama llegó de manera reciente. Su poder y penetración hoy es tal que en sus tentáculos a diario caen políticos, funcionarios y jefes de la policía, y ahora último el histórico capitán de la selección mexicana de futbol. El mismísimo Rafael Márquez.

Pero debió pasar por muchas historias antes de convertirse en lo que hoy es.

Sucedió en Jalisco, que por décadas fue, y todavía es, la zona de operación de organizaciones dedicadas a la producción y trasiego de drogas psicoactivas ilegales. La historia inició en los 70, cuando como resultado de la Operación Cóndor realizada por el Ejército mexicano en Sinaloa, Durango y Chihuahua, varios traficantes se asentaron en ese estado.

En 1985, el asesinato del agente de la Drug Enforcement Administration (DEA) Enrique Camarena Salazar marcó el inicio de la decadencia del Cártel de Sinaloa en Jalisco. Y eso implicó el ascenso de Amado Carrillo Fuentes, con el apoyo de otros nombres hoy ilustres en la jerga criminal: Héctor Luis “El Güero” Palma Salazar, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, Ignacio “Nacho” Coronel Villarreal. Tras la muerte de Carrillo, en 1997, el negocio siguió, bajo el liderazgo del “Chapo”. Jalisco era, y es, una zona estratégica: cercano a dos de los puertos con mayor tráfico de precursores químicos, Lázaro Cárdenas en Michoacán y Manzanillo en Colima.

Los años siguientes conformaron una etapa de escisiones, traiciones, muertes y guerras internas por el control, que finalmente decantaron. En 2007, los narcos sinaloenses formaron un grupo armado para enfrentar a sus organizaciones rivales. En los narcomensajes que aparecían junto a los cadáveres enemigos la firma comenzó a hacerse popular: “Gente Nueva”. Su rango de acción se amplió a como Chihuahua, Guerrero, Durango y Sinaloa, y también a Veracruz con un objetivo explícito: eliminar  Los Zetas.

Nacía así el Cártel Jalisco Nueva Generación

La primera vez que explícitamente se nombró al naciente grupo fue el 2012. Érick Valencia Salazar, que en ese año envió a un grupo de Mata-Zetas a Veracruz para ejecutar a 35 enemigos, apareció en una nota de prensa como el líder. Antes Valencia Salazar había sido parte del denominado cártel del Milenio, encabezado por el michoacano Armando Valencia Cornelio. Erick Valencia ya era un viejo conocido en las redes del crimen: en 2007 se hizo pública su relación con el empresario chino Zhen Ly Yegon, quien le proveía –como también a otros cárteles– de precursores químicos para la fabricación de droga.

Hoy, según la DEA, el CJNG es una derivación del cártel de Sinaloa, mientras que para el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo es del cártel del Milenio. Pero mientras los analistas debaten intentando fijar esos orígenes, a ellos, a los líderes de la Nueva Generación, poco les importa: por hoy sólo les basta con ser uno de los cárteles más ricos del mundo. A la hora de comprender el poder y la trascendencia mundial que hace que el CJNG se destaque por sobre los demás hay que comprender qué es lo que lo diferencia de los cárteles ordinarios. Y para comprender qué los diferencia de los cárteles ordinarios hay que centrarse en un nombre: Los Cuinis.

 La riqueza total

“Para el gobierno de Estados Unidos no hay duda: el cártel de Los Cuinis es la organización mexicana de tráfico de drogas con más poder económico en todo el mundo, incluso muy por encima del Cártel de Sinaloa”, relataba la revista Proceso, en su edición 2006 de abril de 2015. Citando a un alto funcionario de la DEA, agregaba: “te puedo decir que el pasado 28 de febrero las autoridades mexicanas arrestaron, sin saberlo, al narco más rico del planeta”.

México, al parecer, no estaba preparado. En un primer momento la Secretaría de Marina pensó que se trataba de un operador financiero del Cártel de Sinaloa. Tal era el sigilo de Abigael que su nombre ni siquiera aparecía en la lista de los 122 objetivos prioritarios del gobierno mexicano. Pero Estados Unidos, al parecer, tampoco estaba preparado. En agosto de ese mismo año un informe de la Agencia Antidrogas de EU no incluyó a Los Cuinis como uno de los ocho grandes grupos narcotraficantes en México.

Ese narco más rico del planeta era Abigaíl González Valencia, El Cuini, caído el 28 de febrero de 2015 en Puerto Vallarta, Jalisco.

¿Cómo fue que las autoridades mexicanas, y la propia DEA, detuvieron al narco más rico del mundo sin saberlo, casi por casualidad? Para entender esta historia hay que retroceder un poco más.

“Los Cuinis surgieron en los 90 como una facción del Cártel del Milenio”, diría en 2016 el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. “Son estrechos aliados del CJNG. Ambos grupos nacieron desde el Cártel del Milenio. Y el jefe de Los Cuinis, González Valencia, y el líder del CJNG, Nemesio Oseguera Cervantes ‘El Mencho’, serían cuñados”.

La desconocida organización, decían las mismas voces, era la que tenía las mejores redes de distribución a Europa, Canadá y Asia. Las ganancias del narcotráfico eran tales que, además, les permitían lavar dinero en el sector inmobiliario de todo el mundo. Los líderes, más astutos que el promedio, vieron la posibilidad y la aprovecharon: mientras los gobiernos de Estados Unidos y México se desgastaban intentando bloquear el trasiego en la zona fronteriza entre ambos países, ellos, sin escándalos, sin lujos y sin boato, comenzaron a enviar cargamentos desde México a Europa, en donde nadie había puesto el foco. Y también en otros lugares del mundo. En abril de 2016, en Uruguay, la “Operación Jalisco” derivó en el procesamiento de seis personas por lavado de activos en ese país, entre los que estaba el hermano del líder del cártel, Gerardo González Valencia, su esposa y suegro y tres uruguayos.

Según el diario argentino Perfil, “González Valencia fue detenido el jueves 21 de abril mientras esperaba a sus hijos en la puerta del colegio, en Montevideo. Para la Justicia uruguaya el mexicano recibía dinero en efectivo proveniente del narcotráfico y lo lavaba en negocios inmobiliarios y vehículos en el país charrúa. La jueza especializada en crimen organizado, Adriana de Los Santos ordenó su detención y la de su esposa Wendy Amaral y de su suegro, Héctor”.

La droga mexicana se cerraba a los Estados Unidos para abrirse paso al mundo.

“La estrategia iniciada hace una década de podar las ramas más altas de los cárteles, llevando con gran fanfarria televisiva a los capos a la cárcel –mientras se dejaba a las raíces de la violencia extenderse por el entramado social con la cooperación de policías y funcionarios locales–, ha provocado que la lucha contra el crimen organizado en México sea hoy un esfuerzo casi inútil”, refería en abril de 2016 el diario El Confidencial.

La historia había iniciado décadas antes. En 1970 la familia Valencia pasó de tener plantaciones de aguacates a sembrar marihuana. Más tarde, a finales de los 90, surgió la organización “Los Cuinis”, en un proceso paralelo a la división del cartel Milenio. Así comenzó a centrar su actividad en el comercio ilegal de cocaína y metanfetaminas. Hoy, según todos los organigramas del gobierno de Estados Unidos, Los Cuinis son los cerebros financieros y operativos del CJNG. Y el líder de este último, el mismísimo “Mencho”, está un escalafón más abajo y les rinde cuentas a ellos.

“Cuando el Ejército combatía a Los Caballeros Templarios en Michoacán el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y sus socios, Los Cuinis, se apoderaban del control del territorio mexicano. Hoy este binomio controla la región de Tierra Caliente en Michoacán, clave en la producción de marihuana y amapola, y grandes áreas de Jalisco, donde se encuentran los megalaboratorios de drogas sintéticas”.

La zona que conforma el centro de operaciones del nuevo cártel, el lugar desde donde comenzó todo, es estratégica para la economía nacional. “La importancia de planificar la modernización conjunta radica en que en esta región se mueven anualmente más de 60 millones de personas”, decía a inicios de agosto de 2017 el gobernador Silvano Aureoles durante una reunión con gobernadores de la Región Centro-Occidente de la Comisión de Infraestructura de la Conago. Se refería al área que conforman los estados de Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Aguascalientes, Zacatecas, San Luis Potosí, Colima y Nayarit.

Y, según el Atlas de la Seguridad y la Defensa de México 2016, las zonas en donde opera el CJNG son Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Guerrero, la Ciudad de México, Veracruz, Colima y Nayarit.

Es decir, el nuevo Cártel controla la zona en donde vive y trabaja más del 50% de todo México.

Para explicar el dinero que hoy mueve el CJNG es prudente remitirse a las cifras. La Canacintra, experta en el análisis de los grupos empresariales, las aportó. En 2015, calculó que las ventas en Asia dejaban al CJNG un 3,400% de ganancias. También otorgó una proporción: la rentabilidad de la industria manufacturera mexicana puede llegar a generar ganancias del 15%, y la maquiladora de 6 a 9%.

“En Acapulco”, dijo su presidente Rodrigo Alpízar Vallejo, “el CJNG puede colocar un gramo de cocaína en 20 dólares, y en Los Ángeles, Estados Unidos, en 200. Pero en Indonesia, Hong Kong o Japón el estupefaciente de alta calidad se puede llegar a vender hasta en 700 dólares. Esto quiere decir que la actividad comercial de cocaína en Asia es 35 veces más lucrativa para el CJNG que el mercado mexicano”.

También dio otros detalles: en cinco embarques se pueden tener ingresos por cerca de un millón de dólares, por lo que el cártel podría obtener 210 millones de dólares por cada tonelada de cocaína introducida a los mercados de exportación.

El poder de Los Cuinis no es abstracto. Su manejo financiero contempla acceso a pasaportes limpios, empresas legalmente establecidas, el manejo de varios idiomas, visa libre a Estados Unidos y la cooptación total de especialistas “limpios”, que nada tienen que ver con el negocio del narco.

“Los Cuinis tienen interminables negocios creados exclusivamente para lavar dinero” decía la misma nota de El Confidencial. “Sus principales inversiones se concentran en el sector inmobiliario, y de ahí sus propiedades en La Rambla, Barcelona, y, probablemente, en otros puntos de Europa. De acuerdo con el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, Los Cuinis superan en mucho al Cártel de Sinaloa en ganancias netas por el trasiego internacional de las drogas, amasando cada año cientos de millones de dólares”. Su riqueza es tanta que cuando cayó en febrero de 2015, Abigael González Valencia llegó a ofrecer 50 millones de pesos mexicanos a sus captores por impedir que su rostro apareciera en televisión. No tuvo suerte.

Para los entendidos, los únicos dos cárteles con verdadera presencia mundial son hoy los de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación. Y entre esos dos, el tapatío lleva la delantera.

“La presencia del CJNG se extiende desde Guatemala hasta Perú y coincide con una serie de golpes que ha recibido este año en Colombia, Panamá, Perú y Ecuador el Cártel de Sinaloa, la organización criminal mexicana que más cocaína trafica de Sudamérica a Estados Unidos, según dijeron a Proceso jefes de las policías antidrogas de la región que participaron en la XXXII Conferencia Internacional para el Control de Drogas (IDEC, por sus siglas en inglés) en el balneario colombiano de Cartagena”, decía la revista en junio de 2015.

Pero hay más.

Una empresa trasnacional

En agosto de 2015 El gobierno de Estados Unidos incluyó en su lista negra a 15 empresas mexicanas y seis personas por apoyar económicamente a Los Cuinis, banda organizada aliada del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

“Entre los 15 negocios nacionales designados se encuentra Hotelito Desconocido, un hotel boutique ubicado en Tomatlán. Asimismo, en una operación entre la OFAC, la Administración de Control de Drogas (DEA) y autoridades mexicanas, identificaron vínculos entre Los Cuinis y las empresas de bienes inmuebles, Ahome Real Estate SA de CV y Bric Inmobiliaria, cuya sede está en Guadalajara y Zapopan, respectivamente. También fueron designados dos centros comerciales: Plaza Los Tules en Zapopan, Jalisco, y Xaman Ha Center en Playa del Carmen, Quintana Roo”, decía en agosto de 2015 el diario El Informador.

En septiembre de 2015 el Departamento del Tesoro sancionó a otras cinco empresas: el restaurante Mizu Suchi Lounge, la tequilera Onze Black, la compañía turística Cabañas Las Flores, la agencia de publicidad J&P y la empresa agrícola JJGON.

En marzo de 2016 la lista se actualizó. El Departamento del Tesoro colocó entonces a tres empresas de tipo turístico, una de venta de muebles, dos de bienes raíces, una tequilera, un restaurante de sushi, una empresa de publicidad, dos centros comerciales, una marisquería, una compañía del sector agrícola, cuatro cuyas actividades no se encuentran especificadas y dos clínicas dedicadas a la aplicación de tratamientos de rejuvenecimiento vaginal entre las herramientas del CNJG para lavar dinero.

“Entre los negocios vinculados al CJNG, organización criminal que encabeza Nemesio Oseguera, alias ‘El Mencho’, y su aliado Abigael González Valencia, jefe de Los Cuinis, se encuentra un exclusivo hotel en Tomatlán y unas cabañas turísticas en Tapalpa. Además de un restaurante de sushi en Puerto Vallarta”, decía la nota de Unión Jalisco.

“La mayoría de las empresas vinculadas al CJNG se encuentran en Jalisco; solamente un centro comercial se ubica en Playa del Carmen, Quintana Roo. Se trata de la plaza comercial Xaman Ha Center Playa del Carmen la cual fue colocada dentro de la lista negra del Departamento del Tesoro de Estados Unidos por ser uno de los negocios de “Los Cuinis”, agregaba el medio.

La incursión internacional y la colaboración de los gobiernos de la época con la instalación de muchas de estas empresas es a esta altura evidente. Según Milenio, El Hotelito Desconocido nació con aval del gobierno de Jalisco a partir de 1995, en el marco del relanzamiento de Costalegre. En su arranque omitió el cumplimiento de leyes ambientales, por lo que sufrió clausura y debió mitigar impactos ambientales. También entró en fuerte desgaste con los pescadores de La Cruz de Loreto debido a conflictos sobre el uso del agua y las concesiones pesqueras, muchos de cuyos conflictos aparecieron profusamente en la prensa de la época.

En abril de 2015 el diario El Financiero le realizaba una favorable publicidad: “Enclavado en la reserva natural conocida como Playón de Mismaloya, municipio de Tomatlán, en Jalisco, refugio de la tortuga marina, se encuentra un hotel boutique de sólo 27 habitaciones al aire libre y sin electricidad, pero que ha ganado la preferencia de estrellas de Hollywood y millonarios, no sólo por el lujo que posee, sino por la privacidad que ofrece. Se trata del Hotelito Desconocido, pionero en México del concepto denominado ecoluxe, en donde todos los bungalows y villas están construidas dentro de un cuerpo de agua, soportado por estacas, con estructura de madera, cubiertas de palapa y muros de bahareque. Cada una de ellas tiene un diseño y nombre propio, inspirado en la lotería mexicana”. Agregaba que “el Hotelito fue construido hace 14 años por el diseñador de modas italiano Marcello Murzilli. Y hace cuatro años fue adquirido por la empresa mexicana W&G Arquitectos, que transformó el concepto rústico a uno pensado para la gente que le gusta convivir con la naturaleza, pero que no quiere renunciar al lujo y a la buena comida”.

“Cuando piensas en un hotel ecológico te imaginas que no habrá agua caliente, que la comida va a ser un poco rara o que no va a haber una variedad… que el servicio será deficiente y no; cuando se diseñó se pensó en un esquema lujoso en convivencia con la naturaleza”, decía su director Humberto Lerma, mientras se ufanaba de que en 2013 su spa había sido elegido el cuarto mejor del mundo en Talasoterapia y que muchos ricos y famosos de México y el extranjero lo elegían. “Nadie los molesta, no hay paparazzis, la gente encuentra el lugar ideal para descansar y estar con la pareja. Trabajamos con agencias como Virtuoso y Selecta y directamente con los managers de los artistas y deportistas”.

Y los hechos le daban la razón. La actriz Sandra Bullock se hospedó ahí.

¿El detalle? W&G Arquitectos, la empresa que compró El Hotelito, es otra de las señaladas por Estados Unidos como dedicadas al lavado de dinero. Presumiblemente, la compraventa interna les permitía integrarse en los entresijos financieros para salvar las trabas legales y obtener finalmente fondos limpios.

Pero fue, además, una de las que permitió al cártel su conquista mundial.

Fundada por españoles, su labor no solo se limitaba a la gestión de El Hotelito Desconocido en México. En junio de 2005 construyó el Espacio Público Eras de Cristo, en Granada, España. Y también operó muy cerca de los gobiernos latinoamericanos. Es literal: en 2013 postuló a la renovación del Eje Bulnes, la explanada cívica al frente al mismísimo Palacio de la Moneda, sede del gobierno de Chile. Un proyecto que además se hizo acreedor a una Mención Honorífica en el Concurso Internacional de Ideas Plan Maestro Eje Bulnes. El gobierno de Chile premiaba al CJNG.

La empresa también propuso una intervención de la plaza Lalla Yeddona, en Fez, Marruecos.

La propiedad española de W&G no impide que Los Cuinis tengan incidencia directa en el manejo de los bienes. “Al frente de El Hotelito Desconocido fue puesta Wendy Dalaithy Amaral Arévalo, treintañera casada con Gerardo González Valencia, hermano de Abigail”, dijo el columnista Carlos Loret de Mola en agosto de 2015.

“Ella, figura vinculada a dos empresas de la lista, W&G Arquitectos y HD Collection, que tienen como activo y marca registrada al hotelito. La administración Obama interceptó las llamadas telefónicas de Abigail González Valencia, quien es cuñado de Nemesio Oseguera El Mencho, preguntándole a su asistente sobre sus negocios: “¿cómo está mi hotel?”.

El caso del centro comercial Xaman Ha Center también es patente. Según Unión Cancún, el Xaman, ubicado en Balam Kanche Manzana 30 Lote 002, alberga negocios como pastelerías o spas y tiene condominios en renta. De acuerdo con el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), Xaman Ha Center es una marca registrada a nombre de Silvia Romina Sánchez Carlon, una de las cinco mujeres identificadas por el Departamento del Tesoro como ligadas a Los Cuinis y egresada de la licenciatura en Diseño Industrial por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).

Hoy muchos de estos negocios ya han sido asegurados o desmantelados. Pero, aún sin funcionar, son una muestra de la forma de operar que ha logrado el CJNG. Y muchos de ellos aún operan en el país. Y en el mundo.

Neoliberalismo salvaje 

“Sé que suena increíble, pero Los Cuinis son los narcotraficantes más ricos del mundo”, dijo, en abril de 2015, una fuente de la DEA a Proceso. “El Cuini y sus hermanos [que son cinco] son los narcotraficantes más ricos porque son quienes venden más cocaína y metanfetaminas en Europa y las autoridades europeas no han logrado confiscarles casi nada de dinero ni de droga. Es decir, sus ganancias se podría decir que son cercanas al cien por ciento”.

Hay varias explicaciones respecto de ese nivel de ganancias. Según varios autores, en el mundo moderno la lógica neoliberal favorece a los cárteles y limita la labor de los estados. Finalmente, la evolución del crimen organizado va de la mano con el avance del capitalismo neoliberal. “Las reformas económicas a escala mundial en el sistema financiero han beneficiado al comercio de ilícitos”, dice el documento El crimen organizado y el narcotráfico en el panorama internacional, realizado por José Carlos García Iglesias en 2015.

“Los gobiernos, obligados por los ajustes estructurales a reducir el gasto público, han tenido problemas para remunerar adecuadamente a sus funcionarios e incluso para pagarles sus salarios. De aquí que busquen otra vías alternativas de supervivencia que, por lo general, propician la corrupción al intentar complementar sus sueldos. Al mismo tiempo la liberalización financiera ha aumentado la flexibilidad de los traficantes para invertir sus beneficios y el abanico de usos que pueden dar a su capital”.

Además, agregan otros analistas, está el factor trasnacional. En términos reales el CJNG tiene a su favor el uso de las herramientas modernas sin un límite legal o ético, a diferencia de cómo operan los estados. Los cárteles operan a discreción, mientras que los estados tienen encima enormes presiones políticas y legales.

“Las redes delictivas crecen con la movilidad internacional y con su capacidad para aprovechar las oportunidades que emanan de la separación de los mercados en estados soberanos con fronteras”, dice el investigador Moisés Naím, venezolano nacido en Libia y hoy uno de los expertos en el tema. “Estas fronteras terminan siendo obstáculos insuperables para los funcionarios encargados de darles caza. Los privilegios de la soberanía nacional se están convirtiendo, en una carga y una restricción para los gobiernos, de cara a esta problemática’’.

Las diferencias siguen. “El poder del crimen organizado a escala mundial reside en la naturaleza de su condición de actor transnacional, que ha sabido aprovechar con mayor destreza y eficiencia los vericuetos de la globalización”, dice el mismo autor. “En contraposición, el Estado posee un territorio demarcado y limitado, y su margen de actuación e influencia de sus gobiernos está más definido. Los gobiernos operan dentro de sus respectivos territorios de manera soberana, pero en el espacio internacional tiene que respetar una serie de pautas de actuación, predefinidas y predecibles. Las redes criminales, por el contrario, tienen gran capacidad de maniobra debido a su flexibilidad y agilidad, y al operar fuera de la ley prácticamente no conocen más restricciones que la de sus recursos, fuerzas y estrategia”. Muchos aseguran que ese fue precisamente el gran error de la guerra al narco de Calderón: intentar ganarle a los criminales en su propio terreno.

¿La solución? Según los mismos autores, adoptar medidas de cooperación transnacional o global mediadas por una necesaria voluntad política. Pero en el caso de México y Estados Unidos, y a veces dentro del propio territorio mexicano, en este momento son inexistentes. El crimen organizado lleva la delantera.

Dentro de México, mientras tanto, también hay factores que explican la impunidad con que operan muchos integrantes del CJNG.

“Hay tres etapas que grafican la penetración de la delincuencia en la política de los países”, dice Peter Lupsha, investigador estadounidense frecuentemente citado en reportajes y estudios acerca de la preeminencia del crimen organizado en México y Estados Unidos: “la primera, predatoria, en la que las bandas criminales solo forman pandillas pero no representan una amenaza para el Estado ni para los cuerpos de seguridad. La segunda, parasitaria, de corrupción del Estado y en la que los criminales cuentan con complicidades en su aparato de seguridad, judicatura, aduanas, transportes y administración en general. La tercera, simbiosis, caracterizada por la fusión entre los miembros del crimen organizado y los elementos corruptos del Estado que rentabilizan al máximo su cooperación; en ésta, el crimen organizado prácticamente se apodera del Estado poniéndolo a su servicio”.

Sobre esa simbiosis, dice el Atlas de la Seguridad y la Defensa de México 2016, es brutal.  “En México las redes ilícitas han conseguido vincularse estrechamente con las actividades lícitas tanto del sector privado como del público”, dice, “logrando en algunos casos establecer un control determinante de los mismos y superando en recursos y medios al de algunos países. En México el crimen organizado se encuentra en una fase de simbiosis tanto con las instituciones como con algunas empresas del país, superando en ganancias al propio país y dirigiendo muchas de sus decisiones”.

Para conquistar el mundo el CJNG primero conquistó a México.

El ídolo caído 

La noticia despuntó a mediodía y pegó como un hierro en la conciencia de millones de mexicanos: Rafa Márquez, el multicampeón con el Barcelona de Messi, Puyol, Inhiesta, Piqué y Ronaldinho, el único que sacó la voz por la dignidad de la patria tras la humillación del 7 a 0 contra Chile, el Ídolo, el Gran Capitán, tenía nexos con el narco. De un plumazo se fueron a pique las expectativas deportivas, empresariales e incluso emocionales de una gran parte del país.

Todo empezó el martes 8 de agosto. “La Oficina de Control de Bienes de Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció que el futbolista mexicano Rafael Márquez y el cantante de música norteña, Julión Álvarez, están incluidos en la lista negra del Departamento de Tesoro de Estados Unidos que los vincula con el lavado de dinero del narcotráfico”, dijo la prensa nacional. La mancha era indeleble. “Dos de las estrellas más internacionales del país han quedado marcados para siempre con la huella más bochornosa para un mexicano: estar vinculados de cualquier forma a una organización criminal que siembra de cadáveres su tierra”.

Para el caso de Márquez —radicalmente más simbólico y trascendental que el de un cantante que ha hecho de la estética narco su marca de fábrica— las autoridades apuntaron a su fundación, Fútbol y Corazón. Según las investigaciones, dicha organización está vinculada a una red de empresas de lavado de dinero al servicio del narcotraficante Raúl Flores Hernández. Para llevar a cabo las actividades se sostiene con donativos que recibe de empresas, instituciones y aportaciones individuales, y entre sus patrocinadores oficiales hay marcas internacionales y mantiene alianzas estratégicas con la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), el Gobierno de Jalisco, la fundación del Fútbol Club Barcelona, donde jugó Márquez y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Los estadounidenses también entregaron cifras. La fundación, que se mueve básicamente a través de donaciones provenientes de Estados Unidos, pasó de recibir 259 mil dólares en 2010 a 1,3 millones de dólares en 2015. Un incremento de 402%, que incumplió la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita que obliga a identificar a los donantes y remitir un informe a la Secretaría de Hacienda en caso de que la transacción sea sospechosa.

¿Cuál es el problema con Márquez? Dos.

Primero, que el propio Raúl Flores Hernández, “El Tío”, detenido el 20 de julio en Zapopan, Jalisco, requerido por la Corte Federal de Columbia, Estados Unidos, por asociación delictuosa por distribuir toneladas de cocaína en esa nación y que en próximos días será extraditado, fue el origen de su desgracia: en sus declaraciones aseguró que Márquez era uno de los prestanombres para lavar dinero sucio.

La segunda: que para los expertos las asociaciones civiles son una de las 15 actividades más vulnerables para lavar dinero en el país, aun cuando desde 2013 la llamada Ley antilavado obliga a las autoridades hacendarias a integrar expedientes de identificación de todas aquellas personas que realicen donativos a organizaciones sin fines de lucro por más de 121,161 pesos.

Pero en México muchos aún defienden a rajatabla al gran capitán. “Rafa tuvo un gran pecado: se concentró en el futbol y dejó en manos ajenas la administración de una fortuna por la que hoy estará impedido de entrar a Estados Unidos y tiene su carrera al borde de un abismo. (…) Fuentes cercanas al futbolista me confirman que Rafael Márquez, el gran crack mexicano, desconocía de los negocios que su administrador había realizado en su nombre, en las inversiones ligadas a Raúl Flores, lavador del Cártel Jalisco Nueva Generación”, dice el columnista Luis Cárdenas hoy en El Universal.

Pero en tanto, para el panorama mundial, el ídolo ya cayó.

El balance

A nivel mundial el Cártel Jalisco Nueva Generación –o lo que es lo mismo, Los Cuinis– tiene el poder de corromper altas estructuras de los estados, cooptar consciente o inconscientemente a empresarios, políticos, cantantes que coquetean con el mundo narco o futbolistas famosos, dinero a raudales, empresas repartidas por el mundo y una lógica política y económica que favorece la impunidad. Hoy el CJNG representa un desafío para la seguridad nacional de al menos los mexicanos, y permea diariamente las estructuras básicas de otros tantos países del mundo.

A nivel local, en tanto, tiene el poder para operar sin mayor control en varios estados, en ocasiones con la anuencia o la franca complicidad de las estructuras clave del poder político y social y genera pérdidas millonarias: en 2012 se calculó que el costo de combatir al narco implicaba para México cerca de 110 mil millones de pesos anuales. También logra manchar el nombre de un ídolo.

No es extraño. Se trata de los mismos que fueron capaz de desafiar, y después derrotar, a Los Zetas, el más sanguinario grupo antisocial de la historia moderna de México. El gobierno de Chile, el Ayuntamiento de Granada, Sandra Bullock, Rafael Márquez, podrían ser apenas unos de tantos actores que se mezclaron en sus redes sin dar su venia, o incluso sin llegar a saberlo; dilucidar eso será tarea de la justicia. Pero se trata del mismo grupo que –bien lo graficó el periódico Animal Político– pasó de la casi extinción al dominio global. No sería extraño que Rafael Márquez cayera en sus redes, sin saberlo: se trata del mismo grupo que distribuye cocaína y metanfetaminas a lo largo de 10 mil kilómetros en el océano Pacífico, que invade países sin ser tocado; el mismo grupo que hoy mejor entiende la corrupción, la violencia, el ocultamiento de los delitos y el manejo del poder en México.

Se trata, finalmente, de los que derrotaron a Los Zetas.

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