Redacción
Tzintzuntzan, Michoacán.- Los habitantes de esta comunidad indígena se preparan para la gran celebración. Desde este día visten con flores los sepulcros en los panteones, el preámbulo para el reencuentro con sus difuntos en la Noche de Muertos. Las tumbas de los camposantos de este pueblo, antiguo reino del imperio purépecha, lucen colmadas de cempasúchil, cuyo aroma se esparce por todo el espacio sepulcral.
Este pueblo, como todos los purépechas, vivirán esta noche, a partir de las 20:00 horas, la conmovedora ceremonia de origen prehispánico Kejtzitakua Zapicheri (en purépecha), o velación de los angelitos, que según la creencia de los pueblos originarios, las almas de los niños que ya partieron volverán a reencontrarse con sus familiares en las tumbas de los camposantos.
El mismo significado encierra la Velación de los Muertos adultos (Animecha Kejtzitakua), la noche del 1 y madrugada del 2 de noviembre, una tradición llena de misticismo y que se ha preservado a través de los siglos.
Esta tarde, las tumbas de los angelitos en este pueblo de Tzintzuntzan, situado en la ribera del lago de Pátzcuaro, cuyo significado de su nombre es Lugar de Colibríes, lucen colmadas de veladoras y con algunos alimentos que revelan la intención por los niños fallecidos, cuyos restos reposan en este sitio.
El pórtico del cementerio se ha vestido de amarillo con la flor de muerto (cempasúchil), nube, rosas blancas y crisantemos amarillos.
Afuera del panteón, se vive la celebración. Abunda la vendimia de artesanías, especialmente piezas de alfarería, madera y chuspata; dulces y comida de la región.
Esta tarde comienzan a llegar turistas nacionales y extranjeros, en momentos que se crece también la actividad en el interior de los camposantos.
