FOTO: Agencia Altorre

Refundar y redireccionar al PRD. O digámoslo de otra manera: dar vida, impulsar y consolidar en los próximos dos años una propuesta política, social y económica con las bases del movimiento democrático que cambió a México hacia finales del siglo pasado.

Digámoslo así, pues: partido o movimiento o alternativa por la democracia. Ni izquierda. Ni centro-izquierda. Democracia. Punto. Esa es la tarea, titánica, que se han impuesto los perredistas a partir de este domingo en Morelia, Michoacán.

Habrá que ver, a partir de esta fecha, a qué están dispuestos los dirigentes del partido; hasta dónde alcanza ese compromiso expuesto, y si no sucumben a las tentaciones, ambiciones y traiciones que los procesos electorales suelen provocar. Sintomatología que los perredistas conocen muy bien y que podrían resumir en una palabra: oportunismo.

Y habrá que vacunar al partido. Ni hablar. Hacerlo hasta sus últimas consecuencias: quede quien quede. No hay de otra.

Porque tampoco se trata de volver a lo mismo: tejer de día y destejer de noche. No, a menos que los perredistas padezcan hasta morir el síndrome de Penélope. Y quién sabe si se aparezca un Odiseo.

Pero bueno… ayer por lo pronto quedó trazada la ruta que habrán de seguir. Con todo y agenda: en lo político, tomemos nota, ya se dijo: democracia. Punto. Sin lugar para el presidencialismo a ultranza, el autoritarismo y las visiones de país unipersonales.

De ahí partirán, lo dijo Silvano Aureoles como orador principal en la la convocatoria de este domingo, la del nuevo comienzo: “Somos un gran país, que ha costado mucho construir, trabajo, sangre, vidas, esfuerzo, compromisos, y mucha determinación; somos una República federada, propiedad de todas y todos los mexicanos, por eso, jamás aceptaremos o permitiremos que México se convierta en un país de una sola visión o de una sola persona”.

Y más, un poco más: “debemos insistir en la necesidad de caminar juntos, porque ante la circunstancia actual de centralización del poder y del riesgo de retorno al autoritarismo, se hace necesario impulsar un nuevo ciclo de movilización social”.

Claro, muy claro el punto de partida. “Democracia, ya; patria para todos”, decía, dice la arenga perredista que los identificó por años. Democracia y punto, entonces.

Esa es su arenga en el camino hacia la refundación. Democracia, ya… y punto.

Aquí se queda… ¡aquí entre nos!

Deja un comentario