Fotos cortesía de Alberto Gómez y de Alfredo Álvarez.

Morelia, Michoacán

Periodistas de México y otros países del mundo, han levantado la voz luego del artero asesinato de tres comunicadores en los últimos quince días; el más reciente, el de Lourdes Maldonado. Las manifestaciones iniciaron este lunes y continuarán los próximos días, en reclamo de justicia, respeto, libertad y seguridad.


“Matar a un periodista en México, es matar a nadie”, advierte el posicionamiento dirigido al presidente Andrés Manuel López Obrador, que se registró como petición en la plataforma change.org, el cual, en unos cuantos minutos, alcanzó las dos mil firmas de apoyo bajo el título “¡Justicia para periodistas asesinados!” (https://chng.it/TfFh8R9p9j).


Este martes, más de quince estados mexicanos serán escenarios de manifestaciones públicas, con velas, cartulinas y un activismo que nace del miedo, el cansancio y la indignación gremial, en eventos que se realizarán en plazas e inmediaciones de oficinas de gobierno.


En el documento publicado en change.org, se advierte que México es considerado uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo; sólo en lo que va del sexenio de López Obrador, según ha documentado Artículo 19, han sido asesinados 28 comunicadores.


En 23 días del 2022, han asesinado a José Luis Gamboa (10 de enero, en Veracruz); Margarito Martínez Esquivel, (17 de enero) y Lourdes Maldonado (23 de enero), los dos últimos en Tijuana.


Artículo 19 ha documentado del año 2000 a la fecha 148 asesinatos de periodistas en relación con su labor informativa. Del total, 136 hombres y 12 mujeres.


México, país de silencios obligados


“Vemos con rabia e indignación que los crímenes contra periodistas en el país siguen en la impunidad, matar a un periodista en México, es como matar a nadie: lejos de que haya investigaciones serias por parte de las Fiscalías en los estados y la federal para que sepamos por qué matan a periodistas en este país y haya justicia, la cifra va en aumento”.


En el territorio mexicano, la violencia de Estado que incluye la presencia del crimen organizado coludido con los gobiernos de los diferentes niveles ha provocado zonas de silencio donde no hay condiciones para ejercer nuestra labor. Han asesinado, desaparecido, amenazado y obligado a periodistas a desplazarse de sus entidades.


En un país feminicida como México, donde asesinan a 11 mujeres cada día, el asesinato de una mujer periodista debe interpelamos y mortificarnos también a nivel social pues toca las fibras más sensibles de un lugar donde se ha roto el tejido social.


Durante el 2021, Comunicación e Información de la Mujer A.C (CIMAC) documentó que cada 38 horas una mujer periodista o comunicadora es sujeta de algún tipo de violencia por su labor de comunicar.


Casos como el de Lourdes Maldonado, quien notificó al Mecanismo federal y estatal que temía por su vida, pone en evidencia no sólo la limitada capacidad con la que cuentan los estados para reaccionar de forma pronta, efectiva y expedita e incluso para incorporar las necesidades y contextos diferenciados sino que visibiliza la falta de una perspectiva de protección integral.


Sumado a la inseguridad y la falta de resolución en los asesinatos de los colegas periodistas está la precarización laboral, ganando salarios paupérrimos por jornadas que nunca terminan.


Lourdes Maldonado, un triunfo con sabor a muerte


Lourdes Maldonado acudió en 2019 a la conferencia mañanera a solicitarle a López Obrador ayuda por un juicio laboral que ganó recientemente contra el ex gobernador de Baja California, Jaime Bonilla. Apenas podía celebrar este triunfo, cuando fue asesinada cobardemente.


Así, en México no tenemos condiciones para desarrollar nuestra labor informativa en el día a día por las pésimas condiciones laborales y la explotación que somos objeto y además tampoco tenemos condiciones de seguridad que nos permitan no morir en el intento cuando se trata de informar a la población.


Vemos con preocupación que hay una responsabilidad política, empresarial y judicial con el gremio que no ha sido asumida. Mientras las empresas periodísticas obtienen ganancias millonarias.


Ante este panorama, las, les y los periodistas nos manifestamos en distintas latitudes para exigir justicia.


Como periodistas estamos convencidos de que nuestro trabajo es fundamental para la sociedad, es importante garantizar la libertad de expresión y el acceso a la información, que es un bien público, aunque los gobiernos nos vean como enemigos del Estado.


La seguridad de las, les y los periodistas también es responsabilidad del Estado y nos debe garantizar todas las condiciones para ejercer nuestra labor sin que nuestra vida corra peligro.


Demandamos el inmediato esclarecimiento de los asesinatos de todas y todos los periodistas.


Exigimos justicia para nuestros colegas y sus familias. ¡No más periodistas asesinados! ¡No más periodistas desaparecidos!

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