Ciudad de México.- Chile se niega a salir de esa espiral que la llevó a tocar el cielo hace un año y ahora, con un grupo de jugadores capaz de plantarle a cualquiera, que superó con jerarquía 2-0 a Colombia, buscará el bicampeonato de la Copa América en un cruce ante Argentina que se presagia electrizante.

Quince minutos a máxima velocidad, sin dar tiempo para que la ausencia del suspendido Arturo Vidal pesara, le sirvieron a la Roja para encaminar su victoria sobre Colombia y colarse en su segunda final consecutiva (la sexta en su historia) en la que de nuevo se topará con la Albiceleste de Lionel Messi.

Bajo la guía de Alexis Sánchez, que igual está para competirle a Messi como el mejor jugador del certamen, y una inesperada explosión de José Fuenzalida, el equipo andino arrolló a una Colombia desconocida que no encontró nunca su futbol y que cayó en la desesperación con el paso del juego.

Mucha presión desde el inicio para tener el balón, la pizca de ingenio de Alexis y una verticalidad endiablada llevaron a la Roja a tomar la ventaja rápidamente. Fue un Ferrari que gastó su combustible apenas el árbitro silbó ante el asombro de una Colombia sin brillo.

El primer tanto del encuentro cayó apenas en el minuto siete gracias a una descolgada de Fuenzalida por la banda derecha que no supo controlar Juan Guillermo Cuadrado. El centro fue mal despejado y quedó el balón a merced de Charles Aránguiz para que pusiera el 1-0.

El segundo gol llegó al 11’ en otra acción con un poco de fortuna, pero  bien elaborada por Alexis, quien se quitó a sus marcadores para sacar un tiro que se estrelló en el poste derecho de David Ospina. En el contrarremate Fuenzalida únicamente empujó el cuero al arco.

Entonces Juan Antonio Pizzi reacomodó a su gente para empezar a manejar el encuentro: armó una firme defensa, entregó a medias el control del partido para buscar una descolgada a velocidad y buscó desquiciar a la selección cafetera. Todo le salió bien.

Porque Chile, a pesar de que  retrasó el reinicio del juego, no perdió el ritmo. Manejó el juego a placer, beneficiada por la expulsión de Carlos Sánchez por doble amarilla (56’) para avanzar a la final ante una Argentina que busca la revancha.

Fuente: Excelsior

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