Ayer en el puerto de Lázaro Cárdenas, dos mensajes.

El primero, económico, con claridad; que genera confianza y da certezas hacia el futuro. Con la creación de las primeras tres  Zonas Económicas Especiales (ZEE) del país, cuya ley entró en vigor este martes, se sentaron las bases jurídicas y fiscales de un modelo de inversión, generador de negocios y atracción de capitales sin parangón en la historia nacional.

Se quiere y esa es la idea, que estas ZEE se conviertan en palancas de crecimiento y desarrollo social, con la generación de empleos y el sustancial cambio en el bienestar y calidad de vida, a partir de la infraestructura que tendrá que desarrollarse, obligadamente, en estas zonas.

En los próximos cinco años tocará evaluar sus primeros resultados. La apuesta es alta. Quedará para la historia, que ojalá se escriba con letras saludables para los mexicanos, en general, y para los michoacanos en particular.

El segundo mensaje, el político, menos explícito, pero también con claridad. De igual forma, generador de certezas y de la tan ansiada confianza en que el ejercicio de gobierno se notará, se sentirá.

Ya no hay vacíos, parecieran querer repetir y repetir tanto el gobernador Silvano Aureoles como el presidente Enrique Peña Nieto, que no dejan pasar una semana -desde que el político de Carácuaro tomó posesión del cargo- para presumir que su coordinación, su diálogo y su entendimiento gozan de cabal salud.

¿Significados de esa relación? Muchos y para todos los gustos. Pero el más importante: la estabilidad que hoy se construye para Michoacán y para su gente. Y a final de cuentas… Es el que cuenta. El que suma y el que dará resultados, a corto, mediano y largo plazos.

Relación y coordinación, además, que ni se esconde ni matiza. Y eso es de reconocerse.

Y para bien de Michoacán, por donde se le quiera mirar, el gobernador Silvano Aureoles está convencido de esa relación, de lo que hace y de lo que dice. Así se asume. Ese convencimiento seguramente se notará y se evaluará en el ejercicio de su gobierno. Cuando sea el tiempo de evaluar y de hacer sentir.

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